Fue hace 42 años cuando las primeras chilenas comenzaron a vestir el tradicional uniforme verde de la institución policial. A través de los años, muchos han sido los acontecimientos, gestos y demostraciones de profesionalismo que le valen un sincero reconocimiento, no tan sólo de sus compañeros de trabajo, sino que también de la comunidad nacional. Una comunidad que aplaude esa mano cálida y acogedora que limpia la cara del niño agredido y abandonado. Que es testigo de sus desvelos por contribuir, desde todas las facetas que abarca el servicio policial, a la instauración de una sociedad cada vez más segura, justa y solidaria.
miércoles, 28 de mayo de 2008
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