si el orden público nuevamente es quebrantado y hay riesgo para mis carabineros, la propiedad pública o terceros inocentes, tengan por seguro que este carro lanzaaguas va a actuar. No es nuestro espíritu, porque creemos en el diálogo y en que las personas se pueden expresar tranquila y pacíficamente, ya que vivimos en un estado democrático y hacia allá deben apuntar los líderes responsables de este tipo de manifestaciones”.
Con estas palabras, el jefe de zona de Carabineros, general Claudio Castillo, resumió lo que será la nueva estrategia disuasiva de la policía uniformada ante protestas violentas como lo que ocurrió el jueves pasado en Talca, cuando un grupo cercano a los 600 estudiantes de enseñanza media se agruparon en la Plaza de Armas de Talca, donde lanzaron piedras y se enfrentaron con el personal uniformado.
En la ocasión, según datos oficiales, un total de tres policías sufrieron lesiones de tipo leves tras recibir pedradas, uno de ellos en un ojo. A su vez, la gran mayoría de los vehículos de Carabineros se vieron afectados por daños de distinta envergadura, incluyendo quiebres de vidrios y abolladuras, todo causado por los manifestantes.
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